Cuando sobran los grandes discursos, llegan las letras
pequeñas como sueños.
Diminutas luciérnaga que encienden el macizo de flores
invisibles en la noche.
Granos de arena que se amalgaman en castillos encalados de
salitre.
Palabras temblorosas como naipes trepando hacia el cielo en
torre de sueños.
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