jueves, 19 de julio de 2012

AGUA (LOS 4 ELEMENTOS)



Ya había terminado los preparativos y estaba esperando con los pies hundidos en la orilla. El romper de las olas hacía resbalar la fina y brillante arena  bajo el peso de su cuerpo. El frescor del agua salpicaba sus piernas, sus brazos, su cara. Un respiro para el calor sofocante que se atenaza a su espalda, a sus hombros. La desierta cala que habían elegido no era conocida por los turistas, ni siquiera los payeses solían acercarse por allí dada la dificultad de acceso.

Ella llegó brazada a brazada surcando las aguas cristalinas, bordeando la sinuosa isla. Acompañada por alguna medusa, tal vez por algún pez avanzaba en su travesía hacia el destino elegido. En silencio realizaba el último esfuerzo que le aproximaba al puerto de su incertidumbre. Atracó en las arenas blancas de la playa donde él la esperaba. Al quitarse las gafas sus ojos se buscaron y cruzaron sus miradas emprendiendo otra travesía por un océano de sensaciones.

Él la recibió con un abrazo de rizo de alegres colores y quedó prendido de su cuerpo, ya despojado de la piel de neopreno. Sus rostros permanecieron escondidos en el cuello del otro, mientras el sabor salado de sus labios penetraba en la boca entreabierta de su protector. En silencio encaminaron sus pasos hacia la jaima que él había montado para recibirla y agasajarla con todo tipo de detalles y comodidades. Deliciosa fruta, bebidas frescas, música relajante y hasta una ducha portátil.

Él la seguía de cerca, desnudándola con la mirada. La toalla que cubría su cuerpo cayó al tiempo que llegaron sus manos volando con ansia para despojarla de bikini. Mientras el silencio seguía presente, la sal marina comenzó a escapar acompañada por la calma y la serenidad, huyendo de la urgencia del deseo. Un deseo que todo lo precipitaba humedeciéndoles también en sus pieles. Los dos bajo el agua de la ducha, ella desnuda, él no. La ropa mojada empezó a abandonar el cuerpo para poseerlo las manos de ella. Ambos tomaron distancia bajo las gotas de agua que no dejaban de caer, mientras sus miradas expresaban el deseo recorriendo el cuerpo del otro ávidas de piel y de sal. Los dedos inquietos jugaban con los pechos, las bocas mordían con desenfreno. En un baile ya imparable comenzaron a fusionarse en un abrazo en el que cada milímetro de sus cuerpos sentía el cuerpo del otro. Ya no había tiempo para nada más. El deseo apremiaba. No sin cierta brusquedad, él giro el cuerpo de la mujer quedando a sus espaldas. Permaneció contemplando aquel cuerpo, disfrutando de la perspectiva que lo revelaba aún más bello. El agua corría mientras el deseo no dejaba de apretar. Sus manos aferraban las caderas de mujer mientras su miembro palpitaba buscando su humedad hasta que logró alcanzarla. Se fundieron, ahora si, hasta lo más íntimo iniciando el baile que les arrastraría por una espiral de placer, de sacudidas, de pasión, de gemidos que se mezclaban con gritos y jabón y les fueron conduciendo hasta el éxtasis esperado, hasta el placer infinito.

Ambos permanecieron entrelazados bajo el correr del agua. La piel, los huesos, el alma todo unido hasta la última molécula. Ya no había prisa, sólo el agua corría.

Ella cerró los ojos y suspiró

-He caído al abismo más profundo –le susurró al oído de su amante.

AGUA (LOS 4 ELEMENTOS)    by Pilar Aleixandre

1 comentario:

  1. Intenso, emotivo, excitante. Es un relato para leer con calma, dejando que ese agua imaginaria te atrape también. Es un gran trabajo, que he disfrutado leyendo.
    Un saludín

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