jueves, 29 de agosto de 2013

40



Tuvieron que pasar 40 años, para que llegara a su vida aquel instante. Él la enamoraba con cada palabra, con cada mirada, con cada silencio, cada sonrisa que apenas curvaba el fino horizonte de sus labios. En aquel momento comenzó el aprendizaje en la escuela en la que cada uno fue instruido maestro y aplicado alumno.  Lecciones de atención, talleres de escucha, de comprensión. Master en comunicación, buscando esa palabra que defina exactamente lo que se desea expresar. Sin prisa, sin pausa, amando lentamente, aprovechando cada segundo para que el tiempo no se acabe, no los separe hasta… hasta cuándo tendrían que esperar…
Tuvieron que pasar 40 días para que su sueño se hiciera realidad. Un mundo de sueños al alcance de los dedos. Palabras vertidas directamente desde los labios, dedos que rozan la piel, sin el filtro de la distancia. Miradas que chocan y penetran con fuerza. Confesiones que jamás serán superadas por millones de te quiero.
Tuvieron que pasar 40 años para que él llegara a sentarse a su lado cada mañana, sobre la fría lápida apenas caldeada por el sol. 40 minutos cada mañana dedicados a recordar los 40 últimos años en los que fueron felices.

domingo, 25 de agosto de 2013

Sonreír

Cuando me sonríes
Todo se ilumina
De norte a sur
De tus ojos a mis labios…
Hazlo otra vez

La caida (miedo)

Subo, subo, subo…
Espera, me estoy cansando
Respiro, respiro, respiro…
Cuidado… ¡Me caigoooo!!!!


Subo, subo, subo… más arriba…
¡Sabía que estabas aquí!

Espera...
¿o no eres tú?...
Las palabras mienten,
los sentidos se colapsan.
Tus versos arrancan
lo que luego me falta…
me dueles, como explicarte…

Una más
con la que soñar
con la que suspirar
con la que soplar…
y con esta van…

Me caigo… ¡Me caigo!
confusión,
sin más.

sábado, 24 de agosto de 2013

Anhelantes




Me persiguen, me acosan, me acechan, no puedo dar un paso sin encontrarme con ellos. ¿Qué quieren?, ¿qué persiguen?, ¿qué ven en mí que todos me anhelan?
Si camino con prisa, a la vuelta de la esquina me encuentro a uno de ellos, que con mirada bobalicona suspira por mis huesitos. Si mi ruta es una carrera a pié, allí están. Me adelantan, se dejan adelantar, me observan deseosos… Y si duermo, soñando contigo, envuelta en mi deseo, arropada por tus recuerdos, llegan en tropel… putos mosquitos.

jueves, 22 de agosto de 2013

SIEMPRE & NUNCA (dos palabras irreales)

Siempre & Nunca (Dos palabras irreales)

Todo cambia cuando apareces al otro lado del círculo
¿Siempre has estado aunque nunca lo supe antes?

Nunca me cansaría de mirarte, ni de mecerme en tus versos
Soplados desde tu alma, en canal directo a mi piel
Que erizas
Que alcanzas
en tremenda caricia
En vuelo rasante
desde tus labios a mi cuello
Desde tus dedos a mis neuronas
Desde tus ojos al valle de mi espalda

Siempre pensé que esto era un sueño
Hasta que llegaste
Soplaste
….
Entonces, abrí mis ojos y estabas allí
Al otro lado del círculo

viernes, 9 de agosto de 2013

Placeres

Los pequeños placeres hacen que un día se convierta en especial.
Una sonrisa desinteresada, un abrazo sincero
Ese beso inesperado que derrite por dentro.
Un silencio medido… uno, dos, tres, cuatro…
Tu aliento que sopla adentro
Más adentro…
Adentro…

Mar adentro
Flotando en tus ojos incansables
Remando en tus versos insaciables
Tus dedos
Tus labios…
Qué no haría yo por mantener tus puertas abiertas

martes, 6 de agosto de 2013

Cuando una puerta se cierra...

Un mar de puertas
Abriendo…
Cerrando…
Abriendo…
Dejando atrás el maldito fin del mundo
De su mundo
Del nuestro

Todo comienza cuando una puerta se cierra
Uno… dos… tres… cuatro…
Algo tiene que detener la corriente

jueves, 1 de agosto de 2013

Y si...



Y si liberara mis palabras
Y si soltara mis sueños
Y si volara mi alma
Y si…

Labios + dedo…
Silencio     sssssshhhhh…


Soplo…

Aroma a jueves II







Por qué olía distinto si era jueves, si brillaba el sol, si soplaba una suave brisa marina.
Aquel jueves llegó con aroma a clorofila, a tierra mojada por el agua juguetona que saltaba de las mangueras. La brisa mecía las sombras de los árboles, mientras el aroma de las flores nos emborrachaba. 
Pude percibir con certeza  la fragancia del jardín, del columpio imaginado, tal vez imaginario. Meciendo, adormeciendo, meciendo… amando.
Pude sentir el bálsamo dulce del almíbar que se derramaba sobre mi piel, sedienta de sueños hechos realidad.  Susurro de palabras que rozaban mis oídos, caricias que navegaban por mi cuello. Palabra que abandonó tus dedos con olor a melocotón, para salir de tus labios hecha susurro. Certera, precisa. Palabra.
Mientras evoco los aromas de aquel jueves me pregunto: ¿A qué huele el amor?