Mientras el tiempo pasa dejando
sus marcas en lugares bien visibles, me resisto a dejarme vencer.
He de confesarte que en algunos
momentos sales victoriosa. Son esos instantes en los que me coges firmemente de
la mano y me arrastras hacia ese abismo que tan bien conocemos.
Una vez más aquí estamos las dos,
unidas por un abrazo eterno, por el vacío de nuestro corazón, tan solo habitado
por el frio y la tristeza, por el miedo. ¿Qué ocurrirá ahora? ¿Cómo es este
nuevo lugar en el que he elegido vivir?, o ¿lo has elegido tú? …
Mientras las preguntas se agolpan
en mi mente, llega la extraña sensación de déjà
vu. La misma sala, el mismo olor, la misma luz. La ventana tras nosotras
dejando que las cortinas acaricien nuestra espalda. Tu mano en la mía. ¿Será
esta la última vez? Te pregunto con un hilillo de voz casi imperceptible. Sonríes
mientras empiezas a tirar de mi hacia la oscuridad…
Caemos, esta vez caemos.
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