Cuando sus ojos, oscuros y tentadores se posaron en
los míos, sentí como él era capaz de ver en mi interior, como la energía
empezaba a fluir entre los dos. Mis alas se desplegaron una vez más, se
sacudieron el polvo que los años habían depositado sobre ellas y tímidamente
echaron a volar. Comenzó siendo un vuelo temeroso, preñado de miedo y de
inseguridad. Durante el viaje, me fui lejos, visitando otros países, otros
lugares en los que pude disfrutar de las risas que resonaban en los maravillosos
escenarios de otras vidas
Cuando sus manos se posaron en mis
hombros, una corriente recorrió mi espina dorsal y se ramificó por cada una de
las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Fue justo en ese momento, cuando sus
dedos se deslizaban por mi espalda, cuando pude sentir como la propulsión de
mis entumecidas alas alcanzaba la máxima potencia y conseguían volar más alto.
Casi ya no sentía el peso del miedo y la inseguridad. Me sentía como si nunca
hubiera dejado de volar en libertad. Me sentía disfrutar.
Cuando me dirigió su voz masculina,
fuerte y rotunda me encontraba en lo más alto de mi fantasía. Iba a ser una
caída dura, fulminante. Así y todo abrí mis oídos para escuchar con atención.
-¿Es esta tu alianza? –me preguntó con
su mejor sonrisa mientas rozaba con la punta de su dedo la alianza que se
encontraba en el mio-.
Entonces fue cuando caí.
Cuando todo ocurrió by Pilar Aleixandre
Cuando todo ocurrió by Pilar Aleixandre
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