
Cuando sus manos se posaron en mis
hombros, una corriente recorrió mi espina dorsal y se ramificó por cada una de
las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Fue justo en ese momento, cuando sus
dedos se deslizaban por mi espalda, cuando pude sentir como la propulsión de
mis entumecidas alas alcanzaba la máxima potencia y conseguían volar más alto.
Casi ya no sentía el peso del miedo y la inseguridad. Me sentía como si nunca
hubiera dejado de volar en libertad. Me sentía disfrutar.
Cuando me dirigió su voz masculina,
fuerte y rotunda me encontraba en lo más alto de mi fantasía. Iba a ser una
caída dura, fulminante. Así y todo abrí mis oídos para escuchar con atención.
-¿Es esta tu alianza? –me preguntó con
su mejor sonrisa mientas rozaba con la punta de su dedo la alianza que se
encontraba en el mio-.
Entonces fue cuando caí.
Cuando todo ocurrió by Pilar Aleixandre
Cuando todo ocurrió by Pilar Aleixandre