domingo, 2 de septiembre de 2012

CUANDO TODO OCURRIÓ


Cuando sus ojos, oscuros y tentadores se posaron en los míos, sentí como él era capaz de ver en mi interior, como la energía empezaba a fluir entre los dos. Mis alas se desplegaron una vez más, se sacudieron el polvo que los años habían depositado sobre ellas y tímidamente echaron a volar. Comenzó siendo un vuelo temeroso, preñado de miedo y de inseguridad. Durante el viaje, me fui lejos, visitando otros países, otros lugares en los que pude disfrutar de las risas que resonaban en los maravillosos escenarios de otras vidas

         Cuando sus manos se posaron en mis hombros, una corriente recorrió mi espina dorsal y se ramificó por cada una de las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Fue justo en ese momento, cuando sus dedos se deslizaban por mi espalda, cuando pude sentir como la propulsión de mis entumecidas alas alcanzaba la máxima potencia y conseguían volar más alto. Casi ya no sentía el peso del miedo y la inseguridad. Me sentía como si nunca hubiera dejado de volar en libertad. Me sentía disfrutar.

         Cuando me dirigió su voz masculina, fuerte y rotunda me encontraba en lo más alto de mi fantasía. Iba a ser una caída dura, fulminante. Así y todo abrí mis oídos para escuchar con atención.

         -¿Es esta tu alianza? –me preguntó con su mejor sonrisa mientas rozaba con la punta de su dedo la alianza que se encontraba en el mio-.

         Entonces fue cuando caí.


Cuando todo ocurrió    by Pilar Aleixandre